viernes, 7 de marzo de 2008

¿ Puedo hacerme un cuchillo ? Parte II

Antes de comenzar con esta parte, quiero completar un punto importante.

Refiriéndome al dibujo del modelo de cuchillo que nos fabricaremos, éste puede ser de una hoja enteriza, recomendable, o de una hoja con espiga.

Cable aclarar que la espiga es la parte del cuchillo que se introduce en la empuñadura y que en algunos casos, es de un largo tal que puede pasar de lado a lado, y en el extremo opuesto a la punta de la hoja, se le coloca un botón o tuerca para ajustar.

El modelo que intento describir es el de hoja enteriza.

Dicho esto, comenzaremos con la Terminación de la hoja y colocación de la empuñadura.
La hoja que logramos conserva los defectos de un metal corroído o golpeado, recordemos que se trata de una herramienta para trabajar la tierra, es decir de trabajo fuerte.
Lo que debemos hacer, en primer lugar es terminar de prolijar el contorno.
Hasta ahora lo hemos trabajado con amoladora o lima (esta última es la aconsejada), pero aún quedan impurezas, rebabas, rayaduras, etc y lo que debemos hacer es darle un acabado de mayor fineza.
Para ello utilizaremos lijas para metal. Estas se consiguen en cualquier ferretería y las hay de diferentes medidas de grano.
Comenzaremos con una de grano mediano para sacar lo más grande y producir una nivelación en el lomo y en la parte del filo.
Esta lija la pondremos en un pequeño "molde" de madera o goma para poder trabajar con mayor precisión. Esto es envolviendo con la lija el referido trozo de madera o goma. Debe quedar un pequeño taco de no más de 10 cm. de largo por 2 cm. de ancho.
Este nos servirá también para pasarla sobre la superficie de la hoja para quitarle el óxido y otras impurezas e ir descubriendo el metal limpio para posteriormente proceder al pulido.
Con el taco, así confeccionado, recorreremos el contorno de la hoja, repasando una y otra vez cada impureza e irregularidad hasta lograr uniformidad. Igual con respecto a las partes planas de la hoja.
Terminado este trabajo más grueso, cambiamos de lija y utilizamos una de menor grano. Preparamos el taco de lijar de igual modo que el anterior y podremos a pasarlo por todos los sitios por los que pasamos anteriormente.
Lo que veremos es que la hoja va adquiriendo mayor limpieza y pulcritud.
Finalmente, utilizamos una lija de menor gramaje, el más pequeño posible, casi un papel, para proceder de la misma forma anterior y así veremos que la hoja prácticamente presenta un acabado muy fino y digno de verse.
El pulido de la hoja se puede realizar con pasta especial para metales y empleando un cepillo circular que pondremos en la amoladora o en el taladro. Esto también requiere de paciencia, pero si hacemos un buen trabajo con las lijas para metal, yo diría que casi no hace falta pulir con máquina.
Empuñadura
Para la empuñadura emplearemos, en principio la misma hoja para lograr la silueta adecuada.
Pondremos la hoja sobre un trozo de madera o de asta de ciervo, o de acrílico o plástico que dispongamos y con un marcador muy fino, iremos recorriendo el contorno de la parte donde colocaremos la empuñadura.
Este dibujo debe ser muy real ya que el resultado final será la empuñadura del cuchillo que utilizaremos.
Esta empuñadura deber ser ajustada a nuestra mano, por lo que se aconseja tener un cuchillo, que usemos cotidianamente, como punto de referencia con respecto a la empuñadura.
Una vez que tenemos el nuevo molde de las cachas procederemos a hacer los agujeros por donde pasaremos los remaches.
Lo primero es hacer los agujeros en la hoja. Para eso debemos utilizar mechas para metal acerado, recuerden que la azada es de acero y éste no se agujerea fácilmente.
Sino tienen la práctica suficiente o las herramientas adecuadas, pueden acudir al herrero del barrio que podrá ayudarlos. Se trata de hacer dos agujeros de 3 mm y uno de 5mm. Este último en la parte extrema de la empuñadura para poder pasarle un cordón de seguridad.
Una vez que tenemos los agujeros terminados, pondremos la hoja sobre el molde que habíamos sacado para la empuñadura y marcaremos el lugar exacto de cada uno.
Otra manera y creo que la más segura es colocar la hoja sobre el molde de la empuñadura y envolverla con cinta de embalar. Una vez que esté bien firme procederemos a pasar por el agujero de la hoja la mecha para hacerle los agujeros a una de las cachas.
Una vez que hemos obtenido una cacha, procedemos de igual modo con la otra y así tendremos las dos cachas agujereadas y perfectamente alineadas con la hoja en la parte de la empuñadura.
Remachar la empuñadura
Los remaches que emplearemos pueden ser de diverso tipo. Los más prácticos y recomendables para este primer trabajo son un juego de tornillos macho y hembra.
Este tipo de remache-tornillo permite trabajarlos sin el riesgo de romper las cachas o arruinarlas por no tener la práctica suficiente. El detalle a tener en cuenta es que el diámetro de los remaches debe ser igual al de los agujeros para que el ajuste de los mismos sea muy preciso.
Estos remaches, seguramente requerirán de un ajuste especial. Este ajuste es el de meterlos un par de milímetros más adentro de la cacha para que no molesten al agarrar el cuchillo.
Una vez terminado este paso, procedemos a terminar la empuñadura. Para eso emplearemos lijas para madera. No importa si el material empleado sea madera, asta, acrílico o plástico. Las lijar para madera se prestan muy bien para lograr el lijado adecuado.
Procederemos de mayor a menor en cuanto al grano de la lija se refiere.
La idea es lograr un acabado muy fino y tratándose de madera, veremos que poco a poco y a medida que vamos lijando con el grano más fino, aparecerán las vetas de la madera. Esto le dará un realce mayor a nuestro trabajo.
En la próxima entrega veremos el tema del afilado y terminación de nuestro cuchillo.

No hay comentarios: